La actitud del autor, Eulalio López Cólliga, hombre de culturas decideras, es sonreír ante el folio en blanco como si supiera o adivinara el reto consciente (a veces inconsciente) de la vida que se siente emocionada.
La actitud, digo, es la del hombre serio siempre en lo que se pro- pone hacer. Ya «de pequeño», dice, reñíamos en casa para leer el periódico (así le ocurrirá a él, ahora) aunque le sea más fácil leerlo e incluso elegir hasta el más tendencioso.
El que es de la tierra, es tierra y habla de la tierra. Así a corazón abierto nos habla de las tierras de España, de Castilla, de la Mancha y Don Quijote. Son poesías de un joven que se pueden leer sin reparos ni inconvenientes.
«Soy conquense —advierte—, pero no me siento un personaje de la capital» —ahonda en su parecer— desde su llegada de Madrid, al encontrar una ciudad parada y el resto de tópicos que se con- vierten en utopías.
Canta a Cuenca, pero no es una canción alegre sino que nos muestra el olvido y la esperanza. Canta a la Semana Santa en todo su esplendor y a los paisajes utópicos que visten a Cuenca. Vivió, escribió… para su tierra.
Cita, con gran alegría para este comentarista, al Caballero Don Quijote, el alma de tales libros. Dice de todo, incluso cuando des- cubrió en los fascinantes y olvidados baúles de sus abuelos «unos libros para la alegría y la pasión». ¡Como no, Don Quijote, el Caballero de la Mancha! futuro de la literatura que, al fin, dice ¡No todo está perdido!
Y canta a Andalucía y sus gentes. Desde Córdoba donde hizo la mili nos descubre sus paisajes y sus monumentos: el Cristo de los Faroles, Manolete… Nos dice que es el pueblo más triste de España, que cuando suenan las guitarras puede sentirse su angustia y desesperanza.
Termina con un canto a Extremadura, a sus rincones, a sus gentes y esperando que un nuevo Quijote les despierte y les lleve a un nuevo futuro.
La «presentación del presentador» se cifra en decir, añadir, que he aquí un rayo de luz más a aquellos tiempos… Volvió de Madrid y se quedó en Cuenca.
Raúl Torres Cronista oficial de Cuenca (2004-2015)
Eulalio López Cólliga
Eulalio López Cólliga nació el 18 de diciembre de 1950. En su casa vivió feliz la infancia hasta los 14 años, siempre jugando en la plaza con sus amigos. A los 9 años hizo el Ingreso por libre. Su pasión era la lectura, desde La Ofensiva, por la que reñían en casa, hasta los libros de los abuelos, todo era devorado por los seis hermanos. Los padres no querían que sus hijos siguiesen su camino. Recibió su primer premio por un relato sobre Pizarro y los trece de la fama en 1958-59. Después se fue a estudiar a Cuenca con sus hermanas y allí conoció a poetas conquenses como Federico Muelas y Raúl Torres.
En 1968 se trasladó a Madrid a estudiar. Allí conoció la vida de aquellos años antes de la democracia. Vivió la explosión de la libertad y de la música rock. Hizo la mili en Cerro Muriano (Córdoba) donde consiguió el premio de poesía en el Regimiento La Reina no 2.
De vuelta a Madrid empezó a trabajar como funcionario interino de I. Penitencia- rías en Carabanchel. Allí observó el mundo de la delincuencia, las drogas, el vicio, el engaño y la sangre entre basuras y ratas. Aprobó el Cuerpo de Ayudantes y se trasladó al REFOR DE MADRID donde estuvo cinco años sacándose el titulo Superior de Criminología.
En 1984 aprobó para el Cuerpo Especial de Prisiones y se marchó a Albacete. Allí estuvo solo un año porque en 1985 volvió a Cuenca para quedarse hasta su jubilación en 2015. Su visión de Cuenca entonces es única, no había cambiado nada, no había trabajo para nadie y solo encontró poetas que seguían escribiendo sobre las bellezas de Cuenca…
Había que luchar por algo para Cuenca y en 1986 se matriculó en Derecho y allí junto a un grupo de buenos alumnos reivindicaron poder estudiar en Cuenca el Segundo Ciclo. En contra de parte del profesorado lo consiguieron y Tercero de Derecho ya lo hicieron en Cuenca.
Después, junto a otras cinco personas, creó la Plataforma Pro Autovía en 1992, que sacó a la calle a 37.000 conquenses que pedían la Autovía Madrid-Cuenca-Valencia. En 2008 consiguieron que el AVE pasase por Cuenca aunque a día de hoy siga sin autovía.
En 1995 fue elegido concejal por Altarejos y reelegido después durante cuatro legislaturas. También fue elegido Diputado provincial de Cultura y Personal 1995-99 por Cuenca. Durante esos cuatro años se revitalizó la edición de libros.
Ahora se dedica a escribir sobre los re- cuerdos de su vida, de su pueblo y de sus amigos. La visión de Cuenca y de Córdoba es la de un joven que apuntaba todo en sus libretas. Tiene escritos sobre los toros y es Presidente de la Peña Taurina Conquense, así como de San Mateo y su Peña Los Atávicos o de San Julián. Y para quien lea este libro: sepa que está escrito con total libertad, el corazón limpio y lleno de esperanza.
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