Cuentos que exploran las formas femeninas de aprehensión de la realidad y los propios mecanismos para contar historias.
EXTRACTO
El olor de antes
A Lissy
¿Vale la pena seguir? Siempre me respondo lo mismo: la vida es corta y largo el camino. ¿Dónde voy? Algunos ni siquiera tienen una casa donde volver, aunque es difícil llegar a una casa vacía. ¿Una casa vacía es una casa? Al menos no es un hogar. Tener casa es tener gente, gente que la espera a una, y que a pesar de no hablar ni preguntar mucho, esté allí. Pero si no hablan, ¿están? ¿Es el silencio otra forma de estar? Esta manía de enredarlo todo. Quisiera no pensar, hacer las cosas mecánicamente, pues cuando trabajo mucho, cuando apenas tengo un minuto libre entre una tarea y otra, pues nada, estoy menos triste: pensar me pone triste. Y el silencio, el silencio de la casa. Verlos ir y venir en silencio, en silencio comer, en silencio sentarse, siempre en las mismas butacas, a las mismas horas repitiendo los mismos gestos. A lo mejor ni cuenta se dan de mi presencia. Les sirvo la comida: los frijoles, las ensaladas y esas sardinas que antes tanto me alababan. También elogiaban las torrejas. Ya he olvidado cómo hacerlas. Aunque lo que bien se aprende… Pero las torrejas son para días de fiesta.
Las rodajas de pan se humedecen en la leche, luego en el huevo al que se le añade un poquito de vino seco y solo entonces es que se fríen. Antes de ponerlas en el almíbar, se les espolvorea canela. Una delicia. Pero ellos no reaccionan. Nunca pensé que pasaría por algo así: no caer rendidos a los encantos de la cocina, de la buena cocina. No caer rendidos ante mis torrejas. Es como no vivir.
En casa nunca creímos mucho en las dietas. Acaso un poco de contención con la sal y las grasas, que la vida llena de restricciones no es vida. Además, nunca tuvimos tendencia a la gordura. Recuerdo aquellos lechones que relucían encima de la mesa. De tan olorosos, parecían querer hablar. El comino, la pimienta. Ay, se me hace la boca agua, tanto que me dan deseos de caminar y encerrarme en la cocina como antes, cuando a solas sazonaba y cantaba, y todos afuera, ansiosos, se preguntaban qué estaría haciendo, si estaba siguiendo algún tratado antiguo, si me había vuelto bruja y de pronto saldría en una escoba. Cómo hablaban, siempre con el vaso de vino a la mano. Yo me escabullía, y muy perfumada volvía a la cocina. Para entonces ya todo estaba listo. Y salía con mi séquito. No brujas raquíticas, como ellos decían risueños, sino con mis fuentes, mis potajes, carnes y pasteles. Y con los postres: mermeladas, dulces en almíbar y las torrejas, las mejores, o las que yo más disfrutaba hacer, y ellos comer. Tropa numerosa, bullanguera, alegre, bebedora…
LA AUTORA
María Antonia Borroto Trujillo. Camagüey, Cuba (1973). Autora de los libros: “Apasionante y voraz: el mejor oficio” —Ediciones Unión, en proceso editorial—Arreglamundos: mujeres y periodismo en Cuba —Premio Regino E. Boti, Editorial El mar y la montaña, Guantánamo, 2019— y Adriana Loredo: páginas muy bien condimentadas —Editorial Oriente, 2018—, Julián del Casal: modernidad y periodismo —Editorial Oriente, 2016—, El escritor y la bibliotecaria —Editorial Ácana, 2015—, Como a caballo sobre un relámpago: notas sobre periodismo y cultura —Ediciones Matanzas, 2014—, Ansias de traspasar el horizonte: estudios sobre Julián del Casal —premio de ensayo Emilio Ballagas, Editorial Ácana, 2012—; Conversaciones gustosas y Páginas volanderas (compilaciones de textos periodísticos, editados por Ácana en Camagüey); Imagen múltiple de la ciudad: tres cronistas miran La Habana (Casa Editora Abril, Premio Calendario de ensayo 2008), Palpitación de lo diario: un costumbrista llamado José Martí (Premio Eliseo Diego 2007 y Premio de la Crítica Martiana 2011, facturado por Ediciones Ávila); Lectura en dos orillas y La novia de Martí.
He obtenido en dos ocasiones el premio Razón de Ser, de la Fundación Alejo Carpentier, con los proyectos “El modernismo: cuestión de ideas” y “Miradas cruzadas desde el periodismo: lo francés y lo cubano en Carpentier”. Su libro “Julián del Casal: modernidad y periodismo” obtuvo mención en la categoría de ensayo sobre tema artístico literario en la 55 Edición del Premio Casa de las Américas.
Textos suyos han aparecido en varias compilaciones y en las revistas Antenas, La Liga, Videncia, Ariel, Matanzas, Sic, Cine cubano, La Gaceta de Cuba, Anuario del Centro de Estudios Martianos, La Siempreviva, Casa de las Américas, Revolución y Cultura, Dédalo, La letra del escriba, Unión, Verdad y esperanza, Senderos, Archipiélago y en Cubaliteraria, portal web del Instituto Cubano del Libro del que fue su corresponsal en Camagüey durante cerca de diez años.
Doctora en Ciencias de la Comunicación Social, Universidad de La Habana, 2013.
Profesora titular de la Universidad de las Artes, en su filial ubicada en Camagüey.
Miembro del Consejo de Redacción de la revista de literatura y arte La Liga.
LAS RECOMPENSAS
+ E-Book
+ Nombre del mecenas en las páginas de cortesía
+ Libro físico
+ Poema dedicado por el autor
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