Sociología de la España Mandinga

Eulalio López Cólliga

Editor: Ediciones El Drago

ISBN: 9788494934803

Dimensiones: 140 x 220

páginas: 552

Encuadernación: Rústica

Sobre el libro

Eulalio, antes de dedicarse a la política y a la gestión cultural, aunque después de escribir poesía y devorar libros (que siempre lo hizo), fue funcionario de prisiones y cursó estudios superiores de Criminología. Vital y técnicamente, cuando se adentra en los laberintos de la delincuencia, tanto en sus aspectos y fundamentos psicológicos como en los urbanos, familiares y sociales, sabe de lo que habla, lo ha vivido. Él ha estado en la vanguardia de ese duro frente, ha escuchado las voces del arroyo y por ello su propuesta, entre el realismo y la utopía, trasciende las fáciles recetas demagógicas de las políticas al uso.

 

Su particular diccionario transmite y explica el habla de las prisiones y reformas, cuyo argot padre es el caló, según Eulalio: «caliente o calorro, descendiente de la antigua germanía; jerga propiamente delincuencial, un lenguaje capucha».

 

Extracto del prólogo de Antonio Lázaro Cebrián

Sobre el autor

Eulalio López Cólliga

Eulalio López Cólliga nació el 18 de diciembre de 1950. Fue el cuarto y el primer chico de una familia de agricultores.

 

Su padre iba con un par de mulas y el mozo con otro a labrar todos los días. No quería que sus hijos siguieran su ejemplo. Sus inicios literarios se remontan a 1958 o 1959. Una redacción sobre los 13 de la fama de Pizarro que fue premiada con un viaje a… Se murió su abuelo Eulalio en 1960 y no pudo hacer el viaje.

 

En su casa, su padre como juez de paz recibía la Ofensiva o Diario de Cuenca. Todos los hermanos reñían por leerlo. En la escuela siguió estudiando por libre hasta los catorce años leyendo unos libros sacados del baúl de sus abuelos: Historia de Roma, La batalla de los Castillejos, Masaniello, el Cantar de mío Cid, Orlando enamorado, Orlando furioso y todos los clásicos como Lope, Calderón, Cervantes, Santa Teresa, Quevedo, etc.

 

En 1964 se trasladó a Cuenca y se encontró con un gran profesor de literatura: Jesús Bustos. Tres años en la capital viendo cómo nada se movía. Se fue a Madrid. Primero pasó por la Escuela Superior de Ingenieros de Caminos, después por Industriales, y tenía que hacer la mili. En Cerro Muriano (Córdoba). Era una época donde en España ya no había trabajo para todos, así que tenías la emigración o coger lo que te ofreciesen. A él le ofrecieron trabajar en Carabanchel, y allí se fue.

 

En la mili le concedieron un premio de poesía en La Reina Nº 2 por un poema a los fusileros. También tiene escritos sobre las maniobras ORELLANA-78. De estos años son sus primeras poesías que ha reunido en un libro aún por publicar.

 

Carabanchel, el Refor, Albacete y Cuenca. Esa ha sido su trayectoria profesional en prisiones, y de ahí surgió La España Mandinga, la auténtica, la real, genuina, esperpéntica y tragicómica. Desde 1985 ha ejercido de Jefe de Servicios en la prisión de Cuenca.