SEGUIR EL RASTRO

es el bosque el que no deja ver el árbol 

mis manos difuminadas

no saben que fueron creadas para contemplar los cometas ciegas

yerran las preguntas que hacen a los guardianes

me he vuelto llama absorta en el espejo

pero conservo las fotos que lo atestiguan

fui antes viento cuerdo de la lluvia

hablaba de tú a tú con los cauces de los ríos

me demoraba bailando en la tenacidad de las cornisas

dónde regresar sigue siendo un error de perspectiva

cómo es más atinado

intentando sofocar las humaredas

para brotar empapadas las respuestas

ya sin que las respuestas importen.

«La poeta nos invita a caminar por la cuerda floja del acontecimiento y de la voz. Y para eso sitúa al error en el borde de lo decible. Cada línea trazada, cada imagen o singularidad semántica, cada palabra precisa, cada una de sus oscilaciones y derivas convergen en el mismo punto de fuga: las bondades del error. Y la voz manifiesta su lado más humano, no solo al combinar ternura e inteligencia, sino al definirse justamente por la vacilación, entre lo que hay y lo que siempre falta.»

Carlos Castro Rincón