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Entrevista a Marta Ribes y Rafael Albiol sobre ‘El sueño de Joel’

¿Cómo surgió el proyecto de El sueño de Joel?

El Sueño de Joel nació del impulso de hacer los dibujos de un libro infantil. Rafa (mi marido) lo escribió y enseguida vi la posibilidad de ilustrarlo con técnicas de grabado y estampación, mi especialidad.

¿Qué os «lanzó» a escribirlo?

Nos lanzó la voluntad de crear una obra conjunta. Tanto Rafa como yo tenemos una vertiente artística; él con la música y yo con la plástica.

¿En qué os inspirasteis para las ilustraciones?

Desde el principio quise hacer unas imágenes diferentes y personales, lejos de modas pasajeras. Ésto vendría en parte dado por la técnica, pues no hay muchos libros infantiles ilustrados enteramente con monotipia. La monotipia es una técnica de estampación única. En el caso de El Sueño de Joel las estampas fueron estampadas tres veces (cada una correspondiente a una tinta: Azul ,verde dorado, con las mezclas intermedias creadas por la superposición de las tintas). Para ello utilicé distintos objetos que actuaban como reserva tales como radiografías, lentejuelas, hilos, hojas y cajas de medicamentos. También froté la pintura con esponjas para darle un toque pictórico. Las ilustraciones pretenden ser delicadas y brutas al mismo tiempo.

Los cuentos no siempre son para niños. ¿Los adultos también pueden aprender con El sueño de Joel?

Así es. Y no sólo aprender, sino también disfrutar. Creo que los cuentos ilustrados tienen varias lecturas. Por un lado lo que percibe el niño; una historia divertida con una moraleja más o menos implícita. También sirven de álbum ilustrado, independientemente del texto, en el que el artista plástico despliega su gráfica como estética y lenguaje propio. Por último podríamos decir que el adulto consigue recordar algo que ya sabía, una verdad que permanecía olvidada en el subconsciente y que, gracias al libro, vuelve a hacerse patente.

Nos animáis a apreciar cada momento, a compartir. ¿Creéis que las prisas de hoy en día nos impiden disfrutar del día a día?

Sí, eso pensamos. Además nos hemos acostumbrado a la inmediatez. Lo queremos todo y ya.
Valorar la espera, los frutos del trabajo, las fechas de las celebraciones… son valiosos al igual que los premios y regalos. También es importante el compartir, el evitar demasiado egoísmo y competición. Todo ello existe de manera bastante explícita en el libro.

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